¡Bienvenidos a mi página! Quiero compartir todos estos conocimientos, enseñanzas y sabiduria contigo y espero que encuentres aquí algo de utilidad para toda tu vida. Disfruta de las palabras que estan plasmadas en este blog por que son enseñanzas que me ha ido transmitiendo el gran Macrocosmos creador o lo que tu llamas Dios, Alá, Yavhé y vuelve una y otra vez, haré lo posible para que este sitio sea de tu interés y el de toda tu gran familia espiritual, si no estas muy apurado re distribuye este link con quienes comparten tu existencia planetaria, y recuerda... el futuro lo haces tu .

¡Gracias por tu tiempo! mi correo es :
rositaoldfield@yahoo.com.ar, escribeme, me comprometo a contestar a todas tus inquietudes, te saluda con afecto, Rosi.



 

11/25/2006

TUS RELACIONES INTERPERSONALES, AQUI COMIENZA TU CRECIMIENTO Y TU DESARROLLO


UNA CUESTION DE ENERGIAS


Cuando empieces a leer, posiblemente creas que el tema de la energía y del misticismo no tenga nada que ver con tu vida de cada día, con tus problemas. Pero es necesario que conozcamos cómo se comporta la energía para poder entender como nos comportamos nosotros mismos, nuestras parejas y los seres humanos en general, para comprender, en una palabra, como es nuestra vida de relación.
Teniendo en cuenta que la vida no es nada más ni nada menos que relación, el tema merece su importancia.
También debo señalarte que el tema de la energía está tratado de forma muy resumida en este apartado.


TU EXPERIENCIA MISTICA



Todo lo que nos rodea tiene/es energía, pero cada cosa la tiene de un género especial, por eso ciertos lugares o situaciones aumentan o disminuyen nuestro nivel de energía dependiendo de cómo nuestra energía se adapta a la del lugar o situación.
Cuando estamos llenos de energía sentimos como todo lo que nos rodea forma parte de nosotros, somos amor. Pero no debemos forzarnos a amar, sólo debemos permitir que el amor entre en nuestro ser.
La experiencia mística es un regalo de la vida que nos ayuda a andar por el buen camino, adelantándonos a nosotros mismos de un salto pues sin la experiencia habríamos tardado bastante más en llegar al conocimiento hallado.
Es curioso como la belleza nos trae energía a nuestra existencia pues cada vez que la admiramos y captamos íntimamente la singularidad de las cosas, nos aporta energía, y cuando llegamos al nivel de energía en que sentimos amor, la podemos devolver con sólo desearlo. Sentir amor es necesario para poder realizar esta proyección. El amor es lo más hedonista que podemos hacer, porque somos los primeros beneficiados.
Cuando vivimos una experiencia mística cambia el color de nuestro campo energético. Pasa de un blanco apagado a un verde y a un azul. Nos sentimos personas más reales y que vamos alcanzando lo que el destino nos conduce a ser. Ese nivel de energía se ha establecido en nosotros y, aunque seamos apartados de él por la pérdida de la energía, este nivel sirve como nuevo límite que puede recuperarse con bastante facilidad. Hemos pasado a ser una persona nueva, viviendo en un nivel de energía, vibración y consciencia más alto.
La inseguridad, el miedo y la violencia terminan cuando experimentamos en el interior de nuestro ser una conexión con la energía divina, conexión descrita por los místicos de todos los tiempos y tradiciones. Una sensación de liviandad, como de flotabilidad, sumada a otra sensación constante, la de amor, nos dan la medida de esta conexión. Si ambas sensaciones están presentes, la conexión es real. Si no, sólo es aparente.

LA LUCHA POR EL PODER


En todas nuestras relaciones podemos adoptar posturas manipuladoras con el propósito de extraer energía, aunque este propósito sea inconsciente; y esto puede suceder a nivel grupal y a nivel personal. Se adoptan así las llamadas farsas de control: actitudes enfermas y violentas que se transmiten de generación en generación, de padres y madres a hijos/as:
Estas actitudes manipuladoras ante las personas pueden ser estas cuatro, explicadas muy brevemente:
Intimidadores/as: Hacen que todos les presten atención a base de vociferar, de fuerza física, de amenazas, de arranques inesperados.
Interrogador/a: Quiebran el ánimo y pondrán mentalmente en cuestión todas las actividades y todas las motivaciones. Críticos hostiles, buscan constantemente mediante el cuestionamiento la equivocación de los demás.
Reservado/a: Viven atrapados/as en su propio mundo interior de pugnas sin resolver y de miedos. Creen inconscientemente que si aparecen como misteriosos y distantes, accederán a la atención de los demás. Inicialmente atraen gracias a su misteriosa e inasequible intimidad.
Pobres de mi o víctimas: No creen tener poder suficiente para enfrentarse al mundo de manera activa así que "sonsacan" simpatía para que la energía fluya hacia ellos. Cuando usan el trato silencioso pueden deslizarse hacia el modelo "reservado/a". Siempre pesimistas atraen la atención con suspiros y con penas.
Los seres humanos competimos por la energía . Lo hacemos con objeto de sentir una mejora psicológica, de sentirnos mejor. Creemos que debemos conseguir atención, amor, reconocimiento, aprobación, apoyo... de otras personas. Adoptamos una manera de tirar de la energía en nuestra dirección generalmente de la misma forma que hacíamos cuando éramos niños.
Cuando controlamos "poseemos" a otro ser humano, recibimos su energía, nos llenamos hasta el tope a su costa. Es llenarnos de esta energía lo que nos motiva casi siempre a establecer o continuar una relación. La energía del perdedor se incorpora al ganador, dejándolo vacío, debilitado, sin presencia y confuso. Es imprescindible que analicemos nuestras relaciones para para tomar consciencia del hecho y ver quien roba energía a quien. Y, si uno se siente robado que señale la situación para corregirla en lo posible y aprenda a dar generosamente.
Casi siempre este hecho es inconsciente. También esta acción puede funcionar al revés y suceder que una persona de energía a otra porque ,conscientemente, ve que es conveniente que así sea. Un ejemplo lo podemos ver cuando hablamos con una persona que le interesa muchísimo lo que le decimos y nos ofrece abiertamente su energía. Pero sucede que estos regalos generalmente duran poco, así, muchas relaciones que se basan en esta dinámica generalmente se acaban.
Ejercer el control nunca es bueno, aunque nos digamos que lo hacemos por el bien de las otras personas (parejas, hijos, empleados, alumnos...) El perjuicio se produce siempre. Cuando alguien domina así, se te lleva, de hecho, la mente; no tienes la energía ni la clarividencia mental para debatir, todo tu poder mental se traspasa a la persona que domina. Este género de violencia es muy común y frecuentemente realizada por parte de personas que tienen buenas intenciones.
En términos generales, nuestra cultura actual, la que hemos desarrollado hombres y mujeres, es una vasta competencia por la energía, por el poder. Y será así hasta que comprendamos verdaderamente esta pugna y nos preparemos para recibir la energía de otra fuente, de la verdadera.


CLARIFICANDO EL PASADO


Es del todo necesario que superemos las pruebas de las farsas de control, de las formas que utilizamos para someter a control a nuestros semejantes y obtener de ellos energía, pues tan pronto como caemos en el hábito quedamos desconectados de la fuente. Sustraernos es difícil pues al principio es un acto inconsciente; la forma de hacerlo es llevarlo a la plena consciencia, meditándolo en profundidad, viendo que simplemente es un truco que aprendemos, muchas veces siendo niños y a lo largo de nuestra juventud, para lograr que la energía venga a nosotros. En ello nos hemos quedado, repitiendo sin cesar el mismo tipo de acontecimiento que nos ocurre repetidamente en nuestra vida. De esta forma, nuestra vida se queda estancada y no puede desarrollarse; paramos nuestra vida cuando maniobramos en la farsa de control con la intención de obtener energía.
Debemos volver a los inicios de nuestra vida familiar y a nuestra juventud, clarificar la sociedad en que vivimos, observar la farsa que tenían nuestros padres y las personas que nos han rodeado, ver sus miedos. Mirar nuestra adolescencia y juventud, ver mediante qué mecanismos recibíamos atención, aprobación y energía de nuestros semejantes y de nosotros mismos y la manera en que montamos nuestra farsa, aunque fuera a costa de otras personas.
Todos debemos reinterpretar nuestra vida desde un punto de vista espiritual, comprender que somos espíritus temporalmente encarnados y con una misión que llevar a cabo y ver quiénes somos en realidad. De esta forma, nuestra farsa de control desaparece y nuestra vida, la auténtica, cambia de rumbo.
Podemos tener más de una farsa, pero una será la dominante. Una persona llega hasta los extremos que sean necesarios para obtener atención y energía en el seno de su familia y sociedad en donde se desenvuelva. A partir de ahí, esa forma de actuar pasa a ser su estilo de control predominante cuando quiere o necesita extraer energía de otras personas.
Después de determinar nuestra farsa alcanzamos la libertad de ser algo más que la farsa inconsciente que representamos. Podemos encontrar en nuestras vidas un significado superior, una razón espiritual por la que nacimos cada uno en una familia y en una situación concreta, podemos llegar a ver quienes somos realmente dando vigor a nuestras vidas al decidir quienes somos, qué camino seguimos y qué estamos haciendo.
Lo que mejoraríamos o cambiaríamos de nuestros padres y sociedad es lo que actualmente trabajamos pues, no somos meramente una creación física de nuestros padres, también somos su creación espiritual. Aquellas dos personas que nos engendraron tuvieron en nuestras vidas un efecto irrevocable sobre lo que somos. Comenzamos a vivir, a existir, en una posición flanqueada por la "verdad" de nuestros progenitores. Por eso hemos nacido donde hemos nacido, para alcanzar una perspectiva más elevada de los principios que nuestros padres defendían. Nuestros caminos nos conducirán a descubrir una verdad que será una síntesis superior de las creencias de aquellas dos personas.
El significado de la vida, en un sentido general, conecta con el problema de superar los condicionamientos de nuestro pasado e impulsar nuestro camino particular hacia adelante, hacia la comprensión y la consciencia en nuestro vivir.
Para que las personas con problemas emocionales evolucionemos debemos penetrar en nuestras intensas falsas de control.


ETICA INTERPERSONAL


Debemos llevar siempre, firmemente en nuestra mente, los problemas de nuestra vida cotidiana y estar atento a nuestras acciones. Si somos conscientes veremos nuestras respuestas a medida de que se producen y no al cabo de los años.
Todo acontecimiento tiene un significado, un mensaje que de un modo u otro se refiere a nuestros problemas cotidianos. Esto es aplicable especialmente a las cosas que solíamos considerar perjudiciales. Nuestro reto consiste en encontrar el lado útil y didáctico de cada acontecimiento, por muy negativo que éste sea.
El vivir conscientes y atentos/as nos alerta contra la interrupción de nuestro desarrollo, que ocurre cuando nos vemos adictos a otra persona o a alguna creencia.
Enamorarse es un darse energía mútuamente, pero al conectarnos a la otra persona y confiar que la energía venga de ella nos desconectamos de la fuente de energía del universo y recurrimos únicamente a la energía de la otra persona. Cada vez parecerá que hay menos energía, cesará la transmisión y, muy probablemente, la pareja se vendrá abajo. En estos casos, nada excepcionales, ocurrirá que muchas veces habrá un intento de una parte de la pareja por obtener energía del otro sin intención de reciprocidad, en forma egoísta.
Debemos consumar ya la transición que lleva de recibir energía de los adultos y de nuestras farsas de control a obtenerla de la fuente universal, de la vida.
Ninguno de nosotros ha sido capaz de completar un proceso psicológico necesario: no hemos sabido integrar nuestro lado sexual opuesto, el femenino o el masculino.
La razón de que caigamos en la adicción a una persona del sexo contrario o que la busquemos irracionalmente, es que todavía no hemos accedido a esta energía del sexo opuesto nosotros solos, por nuestra cuenta.
La energía interna que podemos aprovechar como fuente interna es a la vez masculina y femenina. Eventualmente podemos abrirnos a ella, pero cuando empezamos a evolucionar debemos ser muy cautelosos/as, pues el proceso de integración de la energía requiere tiempo. Si conectamos prematuramente con una fuente humana para obtener nuestra energía femenina o masculina, cerramos el paso al suministro universal.
Poquísimos de nosotros ha resuelto como debiera esta cuestión y buscamos la energía del sexo opuesto, fuera de nosotros, de nuestra identidad, en la persona de un varón o de una hembra a quien consideramos como mágico y a quien podemos poseer sexualmente.
Hasta que no superemos esta situación andamos por ahí como círculos incompletos. Parecemos la letra C, predispuestos a que otra persona del otro sexo, otro círculo incompleto surja en alguna parte y se una a nosotros completando así el círculo. Caemos así en la euforia, pero en realidad sólo nos hemos unido a otra persona que busca su otra mitad. Entramos así en una relación clásica de mutua dependencia, que lleva incorporados siempre problemas que empiezan a manifestarse de inmediato: se ha creado una persona completa, masculino/femenina, con dos cabezas, con dos seres incompletos, cuando el ser completo, el círculo completo, lo deberíamos haber formado nosotros/as solos/as y estabilizar nuestra relación con el universo. Esto exige tiempo, aunque si lo conseguimos no volveremos a padecer otra vez el problema y, después, si formamos pareja, conseguiremos una relación culminante, formaremos una persona superior sin salirnos del sendero de la evolución.
Debemos saber mirar la realidad de las personas que componen el sexo opuesto para evitar proyecciones de la fantasía que nos separen del camino. Duele mucho, pero ha de hacerse así Todos, hoy en día, lo estamos superando. Es empezar a experimentar esa misma sensación de bienestar y euforia que se produce en los primeros momentos de una relación de mutua dependencia pero estando solos. Uno ha de tenerle a ella o a él en su propio interior.
El modo de acercarnos a las demás personas determina nuestro estado de evolución.
Debemos llenar de calor y energía (amor) a toda persona que cruce por nuestra vida. Los encuentros superfluos no existen: toda persona que cruza nuestro camino tiene un mensaje para nosotros y nosotros tenemos uno para ella.
Cuando queramos dar calor y energía debemos estar en un estado centrado, en paz. Nos centraremos en la persona y y sus rasgos empezarán a destacar, a tener más presencia. De esta forma tan sencilla podemos elevar la energía de la otra persona a un plano, un nivel superior. Cuanto más apreciemos su integridad, su belleza interior, más fluirá la energía hacia ella y hacia nosotros. El efecto de la proyección de energía sobre la persona es inmenso. Todo esto es igual que una relación de mutua dependencia pero sin ánimo de control ni de adicción, sin segundas intenciones.
Cuando nos encontramos ante una persona que actúa bajo una farsa de control, debemos proyectarle toda nuestra energía/amor/calor/simpatía posibles y llevar su farsa al ámbito de la consciencia.
En la relación interpersonal., tanto en pareja como en grupo, solamente una persona a la vez tendrá las ideas más claras y potentes en el momento de una interactuación grupal. Por eso debemos estar atentos para saber cuando debemos proyectar energía y cuando hablar.
Debemos ayudar para que el grupo, o la pareja, no se fragmente: superar las intolerancias, no aceptaciones, timidez, desagrados... La persona rechazada se ve privada de recibir su energía/amor y el grupo pierde todo su potencial. Así, en vez de admirar la belleza profunda de la persona y darle energía, le arrebatamos ésta y le causamos daño haciéndole verse a sí misma desagradable y fea.
Los seres humanos nos consumimos, nos envejecemos de esta manera. Cuando un grupo, o pareja, funciona, el campo individual de energía se funde con todos los de los demás y pasa a constituir un fondo común de energía. Un cuerpo con varias cabezas en donde unas veces habla una y otras veces otra en representación del cuerpo. Esta es la persona superior a las que se refieren todas las tradiciones, muy parecida a la relación sentimental entre un hombre y una mujer pero mucho más universal, plena y evolucionada.
Esta manera de relacionarnos conscientemente, en la que cada persona intenta sacar a la luz lo mejor de las demás, en lugar de tener poder sobre ellas, es una forma de actuar que acabará adoptando la totalidad de la humanidad, aumentando de forma impensable el amor y todos los valores positivos. De esta manera aumentará el ritmo de la evolución de la humanidad. Crearemos una cultura totalmente espiritual: realizaremos el paraíso en la tierra.

No hay comentarios: