¡Bienvenidos a mi página! Quiero compartir todos estos conocimientos, enseñanzas y sabiduria contigo y espero que encuentres aquí algo de utilidad para toda tu vida. Disfruta de las palabras que estan plasmadas en este blog por que son enseñanzas que me ha ido transmitiendo el gran Macrocosmos creador o lo que tu llamas Dios, Alá, Yavhé y vuelve una y otra vez, haré lo posible para que este sitio sea de tu interés y el de toda tu gran familia espiritual, si no estas muy apurado re distribuye este link con quienes comparten tu existencia planetaria, y recuerda... el futuro lo haces tu .

¡Gracias por tu tiempo! mi correo es :
rositaoldfield@yahoo.com.ar, escribeme, me comprometo a contestar a todas tus inquietudes, te saluda con afecto, Rosi.



 

11/25/2006

PARA CONSTRUIR TU MUNDO INTERIOR,PRIMERO DEBEMOS DEMOLER TUS VIEJOS ESQUEMAS


CONSTRUYENDO

TU MUNDO INTERIOR

Debemos aprender a enfatizar las posibilidades de nuestro mundo interno, pues es en nuestro mundo interno en el que estamos continuamente sumergidos. Este mundo nos pertenece: donde quiera que vayamos, lo llevamos con nosotros y podemos contar con él, mientras que el mundo externo siempre nos reserva alguna que otra decepción. Si lo que buscamos es nuestro verdadero camino, la plenitud, debemos saber que podemos encontrarlos en nosotros mismos. El problema es que no nos conocemos, no sabemos todo lo que poseemos, todos nuestros tesoros, y nuestro conocimiento se pierde irremediablemente en tesituras inertes, sin sentido y de vana erudición. debemos esforzarnos para sentir y utilizar todos nuestros recursos.


LA VIDA

ESCENCIA

DEL SER

La Vida es la expresión del Ser de Luz. Es alegría. Es la abundancia de la dicha del Espíritu.
La vida es una corriente consciente que vibra en cada átomo. No existe materia inanimada. Hay vida en todo, hasta en las piedras. La materia vibra con vida, como han comprobado concluyentemente los científicos modernos. La vida es un viaje a través del océano infinito del tiempo, en el que el paisaje cambia continuamente. Vivir es viajar de la impureza a la pureza, del odio al amor universal, de la muerte a la inmortalidad, de la imperfección a la perfección, de la esclavitud a la libertad, de la diversidad a la unidad, de la ignorancia a la sabiduría eterna, del dolor a la dicha eterna, de la debilidad a la fortaleza infinita. La vida es una gran oportunidad que proporciona el señor a sus hijos de evolucionar hacia Él.
La vida es servicio y sacrificio. Es amor. Es relación. La vida es poesía y no prosa. Es arte e imaginación, y no ciencia. La vida es adoración. Somos peregrinos de paso en esta tierra. Nuestro destino es la Luz. Vamos en busca de nuestra herencia perdida. El propósito central de la vida es alcanzar una relación consciente de nuestra unidad con Dios. La vida no tiene significado en sí misma. Sólo lo adquiere cuando se convierte en el todo, cuando el alma individual se une al Alma Suprema.

La meta de la vida
La verdadera meta de la vida es retornar a la fuente de la que procedemos. Así como los ríos fluyen sin descanso hasta reunirse en el océano, que es la fuente de la que proceden, y así como el fuego salta, quemándolo todo furiosamente hasta sumirse en su propio origen, así también hemos de esforzarnos nosotros aquí, sin descanso, hasta obtener, su gracia y volvernos uno con Él.
El único propósito de la vida es el logro de la realización del Ser, o la libertad absoluta. La finalidad de la vida humana es desarrollar y manifestar la Divinidad que existe eternamente en su interior. El propósito de la vida es perder todo sentido de personalidad diferenciada y disolverse en la Luz. El logro de la Vida Infinita es el propósito supremo de la vida finita.

La vida en la materia y la vida en el espíritu
La vida en el Espíritu es la única real y eterna. La vida moderna de precipitación y de prisa, con miedo, inseguridad, enfermedad y fricción, no es la auténtica vida. Una vida de lujo material, de riquezas y poder, no es el fin de la existencia. Una vida así no produce paz en la mente ni serenidad en el espíritu.
La vida sensual no merece la pena ser vivida. El placer sensual es como la miel mezclada con un veneno maligno. Un grano de placer sensual se mezcla con quince de dolor. El gozo sensual implica diversos defectos, pecados, dolores, apego, malos hábitos e inquietudes mentales. La indulgencia en los placeres sensuales destruye la devoción en la Divinidad y debilita la capacidad de la mente de inquirir la Realidad. La sensualidad destruye la vida, la pureza, la fortaleza, la vitalidad, la memoria, la riqueza, la fama y la devoción a lo Supremo. Arrastra al hombre, al infrahombre.
La vida humana está llena de tristeza, dolor y esclavitud. Está llena de defectos, debilidades y limitaciones. Está llena de odio, celos, egoísmo, traición, preocupaciones, ansiedades, enfermedades y muerte; maldad, engaño, doblez en los tratos, competición agresiva, impurezas y oscuridad; luchas, disputas, batallas y guerra; desilusión, desesperación y desaliento; crueldad, explotación, agitación. Todos los objetos están revestidos con un poco de placer imaginario, como el fino baño de oro que recubre un metal cualquiera. N realidad, esta vida es un juego de luces y sombras. Bajo el revestimiento de azúcar está la amarga quinina. Bajo el baño de oro no hay más que latón. Tras los llamados placeres, hay dolor, miseria y sufrimiento. Esta vida está llena de temores, apegos y preocupaciones.
La vida mundana es irreal. Es ilusoria y transitoria. Es fútil y vana. Su fin es únicamente el polvo. No hay en ella nada que hacer más que charlar, cotillear, comer y dormir. Todo es ilusorio y doloroso. Todo es transitorio y fugaz. La experiencia mundana no encierra ningún valor ni realidad. Sólo la Luz es real.
Una gran cantidad de ceros no tienen ningún valor, a menos que se les añada un 1 delante. Del mismo modo, aun cuando se posean todas las riquezas del mundo, de nada sirven si no se lleva una vida espiritual, si no se tiene riqueza espiritual y no posee la realización del Ser. Es preciso vivir en el Espíritu.
La vida en lo Eterno es la vida abundante. Es la vida espiritual interna y rica. Esta vida está libre de tristezas y de dolor. Es plena, perfecta e independiente. Está llena de sabiduría y de dicha eterna. Lo impregna todo y es inmutable.
Abraza la vida del Espíritu, y te volverás puro y libre. La mayor belleza de la vida es el sacrificio del interés propio más querido en el altar de la Verdad. Vivir significa perseguir la verdad y superar todos los obstáculos con coraje. La mayor alegría en la vida es la meditación en el Ser de Luz en el propio corazón.

La lucha de la vida
La vida es una lucha por la plenitud y la perfección. Es una batalla por obtener la independencia suprema. La vida es lucha y resistencia. Supone una serie de conquistas. El hombre evoluciona, crece, se expande y gana diversas experiencias a través de su lucha. Si deseas continuar tu existencia, la lucha se hace imperativa. En el momento mismo en que dejes de luchar, dejarás de existir. Lucha valientemente contra los enemigos internos en el campo de Batalla de tu corazón. Aun una pequeña victoria, en la batalla interna con tu mente y sentidos, desarrollarás tu fuerza de voluntad y te proporcionará seguridad y coraje. Cuanto más dura sea la lucha, más glorioso será el triunfo. La realización del ser exige una gran lucha.
Vive para la Luz. Enfréntate intrépidamente a todas las dificultades y problemas de esta vida fútil y terrena.
Controlar la mente y los sentidos, conquistar la ira, la pasión y el egoísmo, logrando el perfecto control de uno mismo, esto sí es el verdadero heroísmo del ser humano. ¿Durante cuánto tiempo seguirás siendo esclavo de la pasión y los sentidos? Afirma tu verdadera naturaleza divina y controla la mente inferior. Éste es el camino que debes recorrer hacia la Luz.

La vida es una escuela
Esto no significa, ni mucho menos, que debamos ignorar la vida en el plano físico o material. La materia es la expresión de Dios para su propio juego. La materia y el espíritu son inseparables, como el fuego y el calor, el frío y el hielo, la flor y la fragancia. La vida en el plano físico es una preparación definitiva para la vida en la Realidad Absoluta. La vida es una gran escuela para aprender muchas lecciones muy útiles, y para el desarrollo del carácter y de las virtudes divinas. La vida es una escuela en la que cada tristeza, cada dolor y cada aflicción enseñan una lección preciosa. La vida en la tierra es el medio hacia la propia perfección.
El mundo es tu mejor preceptor. Este mundo es tu mejor Guru. En cada experiencia hay una lección. El mundo es el mejor lugar de entrenamiento para el desarrollo de diversas virtudes divinas como la misericordia, el perdón, la tolerancia, el amor universal, la generosidad, la nobleza, el coraje, la magnanimidad, la paciencia, la fuerza de voluntad, etc. El mundo es un lugar para luchar contra la naturaleza perversa y para expresar la divinidad desde el interior. Acaba con la naturaleza inferior, que consiste en el egoísmo, la pasión, la ira, la avaricia, el odio y los celos. Afirma tu naturaleza divina. Vive una vida de conocimiento, discernimiento y renunciación de los sentidos y deseos.

Métodos para obtener el éxito en la vida espiritual
Lleva una vida simple y modesta. No vivas para comer, sino come para vivir. No albergues envidia, no calumnies. No digas falsedades. No engañes. No albergues malicia. Estarás siempre alegre, feliz y sosegado.
La rectitud es la regla de la vida. La vida humana no es tal si está desprovista de virtudes.
La sal de la vida es el servicio desinteresado. El pan de la vida es el amor universal. La vida no se vive ni se realiza plenamente si no sirves ni amas con intensidad a todas las cosas. El secreto de la vida auténtica yace en el amor, el conocimiento, el discernimiento y el servicio a la Humanidad. Vive para ayudar a los demás. Utiliza para este menester, el amor, el conocimiento y el discernimiento. El poder divino fluirá a través tuyo como una fuerza vivificadora.
Estudia la vida de los maestros y obtén de ellas inspiración. Cultiva un corazón sensible, una mano generosa, una palabra amable, una vida de servicio, una visión equitativa y una actitud imparcial. Tu vida alcanzará entonces de verdad la meta prefijada.
Sirve, ama, da, purifícate y medita. Tu viaje te llevará inexorablemente a la Luz. Descubrirás resplandecientes tesoros dentro de ti. Descubrirás al Uno. Serás fuerte, sano, libre, agradable, feliz y pacífico. Inspirarás y bendecirás a cuantos se crucen en tu camino.
Haz de la vida un gozo constante. Goza con la verdad. Goza con la austeridad. Goza con la caridad. Ese gozo está dentro de ti.
Lleva una vida sencilla. Lleva una vida ordenada. Considera cada día como si fuese en último, y utiliza cada segundo posible para la meditación y el servicio.
Vive en el presente, olvida el pasado. Abandona las esperanzas del futuro. Vive el presente precioso, en él, tienes todo lo necesario para realizarte.
Entiende bien el significado de la vida, y comienza tu búsqueda. La vida es el mayor regalo. Utiliza cada segundo provechosamente. El éxito llega a menudo a quienes arriesgan y actúan. Pero raramente le llega a los tímidos y apocados de espíritu.

La unidad de la vida
Contempla la vida como un todo. Ten una visión amplia de la vida. Toda la vida es una. Toda la vida procede de lo Absoluto, que es la única Realidad. La Luz respira en toda vida. Todo es una misma cosa. El mundo es un solo hogar. Todos somos miembros de la misma familia. La creación entera es un todo orgánico. Ningún hombre es independiente de ese todo.
La unidad es la vida eterna. Cultiva el amor universal. Inclúyelo todo. Abrázalo todo. Reconoce el valor de los demás. Destruye todas las barreras que separan a un hombre de otro. Reconoce el principio no dual, la esencia inmortal presente en todas las criaturas. Protege a los animales. No comas carne. Considera toda vida como sagrada. Entonces, este mundo parecerá un paraíso de belleza, un cielo de paz y tranquilidad. No tendremos que buscar ningún paraíso lejano, lo tendremos aquí.
Sonríe junto a la flor y verde hierba. Tiende tu mano a los arbustos, abraza a los árboles. Juega con las mariposas y los pájaros. Habla al arco iris, al viento, a las estrellas y al Sol. Conversa con los riachuelos saltarines y con las olas del mar.
Entonces disfrutarás de una vida amplia, perfecta, rica y plena. Realizarás la unidad de la vida. Apenas puede describirse con palabras. Tendrás que sentirlo por ti mismo.


LA GRATITUD

Veo árboles verdes y rosas rojas;
Las veo florecer por ti y por mí,
Y pienso para mis adentros:
¡Qué mundo tan maravilloso!
Veo cielos azules y nubes blancas;
El día luminoso y bendito, la noche oscura y sagrada,
Y pienso para mis adentros:
¡Qué mundo tan maravilloso!
Los colores del arco iris, tan bonitos en el cielo,
También están en el rostro de la gente que pasa;
Veo a amigos que se dan la mano y se dicen: "¿Cómo estás?"
En realidad se dicen: "Te quiero."
Oigo llorar a los recién nacidos; los veo crecer.
Aprenderán mucho más de lo que yo llegaré a saber.
Y pienso para mis adentros:
¡Qué mundo tan maravilloso!
Bonita canción, ¿verdad? Parece que a muchos les gusta. Pero ¿es verdaderamente maravilloso el mundo? Al fin y al cabo, sería igualmente fácil cantar:

Veo niños hambrientos y hombres sin esperanza,
Y guerras sin sentido que nadie puede ganar,
Y pienso para mis adentros:
¡Qué mundo tan terrible!
¿Cuál de las canciones sería más correcta?
No podemos preguntar con justicia cómo es este mundo. Se podría discutir hasta el infinito. El mundo es una sucesión interminable de manchas de tinta (tarjetas de test de Rorschach) en tres dimensiones, con sonido, textura, olor y sabor. Algunas personas ven cosas hermosas; otras personas ven cosas feas y horribles. Lo más frecuente es que las personas vean cosas corrientes y rutinarias.
Todos comprendemos intuitivamente que tenemos derecho a nuestras propias percepciones, sentimientos, opiniones y recuerdos. Cuando alguien pone en tela de juicio ese derecho, nos sentimos ofendidos como una cosa natural. Si yo me doy un golpe en los dedos del pie, tan fuerte que se me saltan las lágrimas, y alguien me dice: "¡Vamos, no puede haberte dolido tanto! ¡Deja de dramatizar!", yo me sentiré ofendido. Si alguien me reprocha por reírme mucho y con fuerza, diciéndome que "la cosa no tiene tanta gracia", también me sentiré ofendido, por el mismo motivo. Si alguien dice: "Lo que has visto en la mancha de tinta no es lo correcto", también es ofensivo.
La práctica de la Gratitud no le exige que censure sus percepciones, sus opiniones, sus sentimientos ni sus recuerdos, ni que los edulcore. La práctica de la Gratitud no le exige que corte sus percepciones del mundo a la medida de las especificaciones que yo le propongo. La práctica de la Gratitud no le exige ver siempre jardines y no ver nunca cosas desagradables.
Cuando practicamos la Gratitud, recordamos con toda la frecuencia que nos sea posible que el mundo es una sucesión interminable de estímulos ambiguos, una sucesión interminable de manchas de tinta. Siempre tenemos la posibilidad de volver a mirar. A veces, cuando usted vuelva a mirar, encontrará algo de lo que estar agradecido, algo que podría habérsele pasado por alto de otra modo. Esto le sucederá con mayor frecuencia si hace sitio para la Gratitud en su corazón y le da la bienvenida.
La Gratitud siempre es un podría, nunca un debería. La diferencia entre "usted debería practicar la Gratitud" y "usted podría practicar la Gratitud" es semejante a la diferencia entre "debes comer helados" y "puedes comer helados". Si por algún motivo a usted lo obligaran a comerse todos los días grandes cantidades de helados de su sabor favorito, tardaría poco tiempo en aborrecerlo. La Gratitud libremente elegida es una vivencia fundamentalmente diferente de la Gratitud estimulada para satisfacer a otra persona o para acallar los sentimientos de culpabilidad.
El significado corriente de la palabra Gratitud es un sentimiento agradable, a la vez que tierno, de calor, de simpatía y de deuda hacia otra persona porque esa persona nos ha tratado con una amabilidad o con una generosidad inesperada. Algunas veces el sentimiento de Gratitud es más sutil. Puede ser un sentimiento delicado de agradecimiento hacia la naturaleza, el universo o un ser supremo, como reacción ante algún placer pequeño que otra persona podría no percibir siquiera. La Gratitud puede significar también la vivencia privada de placer (unas veces sutil, otras veces intenso) que se produce cuando hemos sido recompensados de algún modo, ya sea por las circunstancias o por otra persona.
Hasta aquí hemos hablado de la vivencia de la Gratitud. La práctica de la Gratitud es otra cuestión. La práctica de la Gratitud es la intención de pensar y de comportarse de un modo tal que acoja la vivencia de la Gratitud, sean cuales sean nuestras circunstancias o nuestras vivencias anteriores.
El sentimiento de Gratitud es un ave tímida. No sirve de nada perseguirla. La Gratitud verdadera no se puede forzar nunca. Intentar con todas nuestras fuerzas sentir Gratitud sería como intentar con todas nuestras fuerzas quedarnos dormidos o enamorados. Cuanto más ahínco ponemos por estar agradecidos, más evasiva se vuelve la vivencia. Debe venirnos con su propio calendario y con sus propias condiciones. Practicamos la Gratitud a base de prepararle en nuestro corazón un hogar donde pueda establecerse. El ave no siempre viene, pero, si le preparamos un hogar, suele venir con bastante frecuencia.
La Gratitud no sólo es un ave tímida, sino que también da casi siempre la impresión de ser un ave oscura y poco visible. Los momentos de Gratitud intensa y estimulante son bastante raros en las vidas de la mayoría de las personas. Pero cuando la Gratitud se instala en el hogar que le hemos preparado, advertimos su canto callado y encantador. Advertimos su colorido sutil pero afable, el modo fascinante en que se mueve y vuela. El esfuerzo por saborear, por apreciar y por agradecer las vivencias pequeñas y agradables con que nos encontramos nos sintoniza con las resonancias internas de placer que producen.
Cuando usted haya comprendido la Gratitud y su relación con los instintos, las posibilidades para la práctica de la gratitud pueden parecerle abrumadoramente densas y numerosas. Para evitar sentirse abrumado, puede probar a seguir un calendario como el siguiente:
Día 1º: Practique la Gratitud por la comida que come, ya sea especial o rutinaria. No cambie su alimentación habitual.
Día 2º: Practique la Gratitud por el hecho de tener una casa, un apartamento o una tienda que lo abriga de los elementos. Practique la Gratitud por la comodidad que le ofrece.
Día 3º: Practique la Gratitud por las personas que lo aman o que lo aprecian. No se preocupe de cuántas sean ni de lo agradables o atractivas o serviciales que sean. Limítese a centrarse en el hecho sencillo de que existen al menos algunas personas en el mundo que lo aman o lo aprecian, y esté abierto a la Gratitud por ello.
Día 4º: Si tiene un compañero o compañera o un amigo especial, pase el día lleno de agradecimiento por las cosas que ese compañero o compañera aporta a su vida (sin tener en cuenta las cosas que usted desea y que él o ella le han aportado).
Día 5º: Practique la Gratitud por los buenos recuerdos que usted pueda tener. NO intente apartar a la fuerza de su conciencia los recuerdos malos, pero sea consciente de los buenos.
Día 6º: Practique la Gratitud por los placeres pequeños y momentáneos de la vista, el olfato, el sonido y el tacto, entre los cuales se cuentan el cielo, las nubes, la luz del sol y las flores.
Día 7ª: Practique la Gratitud por la música que usted puede oír normalmente.
Día 8º: Practique la Gratitud por cualquier oportunidad que pueda tener para reírse en el transcurso de su jornada normal. Cuando se ría, practique la Gratitud por la sensación agradable que le produce.
Día 9º: Practique la Gratitud por todas las personas honradas, inteligentes y bienintencionadas que hay en el mundo. No se dedique a buscarlas. Limítese a advertirlas cuando sea conciente de ellas.
Día 10º: Practique la Gratitud por la vida vegetal que vea, que toque o que huela en su jornada normal.
Día 11º: Practique la Gratitud por las aves que oiga cantar o que vea volar en el transcurso de su jornada normal.
La lista anterior no tiene nada de especial. Sus componentes han sido elegidos arbitrariamente, aunque son ejemplos deliberados de los placeres corrientes que podrían evocar la vivencia de la Gratitud cuando se practica con diligencia la Gratitud. Añada con libertad elementos a esta lista, o utilice ésta como modelo para componer una lista propia.


SER ERUDITO

El problema de la erudición, viene motivado por lo que él mismo suele conllevar. A fin de cuentas, ¿que es una persona erudita? Es alguien que sabe "un poco, de casi todo" o bien alguien, "que sabe mucho de un tema y nada de los otros".
Al primer tipo, casi nunca le interesa las ideas u opiniones de los demás, ¡para qué! el ya conoce esos temas y cree dominarlos como el que más. Lo que pasa es que hay otras personas que los conocen más en profundidad y le podrían ayudar a ampliar sus conocimientos concretos sobre ese tema.
Al segundo tipo, simplemente, no le interesa otro tema. Es un erudito en su tema, en su especialidad, pero un verdadero analfabeto en cuanto lo sacan de él.
No hay verdades absolutas, y eso hace que ninguna doctrina, NINGUNA, te haga encontrar la verdad. Mucho peor es que encima te impongan dogmas de fe. Es ponerle una venda a un ciego que quiere ver.
Sólo el discernimiento y el conocimiento (buscando en todos los sitios y no sólo en uno) te hacen llegar a encontrar tu verdad.
De la misma manera que no se puede generalizar con las personas, unas enseñanzas generalistas no sirven para la búsqueda de la verdad. Las personas que "solo" buscan la verdad por el conocimiento de una sola parte, de una sola doctrina, suelen ser fanáticos. Lo son, por haber "invertido" una parte importante de su vida (o toda) y no haber logrado lo que se propusieron. Si tú, tratas de hacerles "ver" que existe otra realidad, estarás haciendo, diciendo, que toda esa vida no a servido de nada, que se equivocaron en su búsqueda. Nadie puede o quiere darse cuenta de eso. Tú, con tu buena fe, les estarás desestabilizando sus débiles cimientos - fundamentos y eso únicamente te acarreará problemas.
Tus pecados, tus faltas, tu imperfección, al ser buscados inconscientemente y conocidos, adquieren para estas personas una dimensión digamos que extraordinaria.
Claro que siempre existe la posibilidad de que nos encontremos con una persona que busque la verdad, son sinceridad, y quiera ver. Aquí entra en juego el discernimiento.


Aforismos.
· No confundas, sería el más grave de los errores, la sabiduría con la erudición.
· El saber no es la erudición. El erudito poco sabe.
· El sabio es una fuente de ideas propias. El erudito, un almacén de ideas ajenas.
· El erudito tiene su memoria llena de datos de procedencia externa. El sabio tiene el cuerpo y el alma impregnados de cognición imaginativa, de inspiraciones, de intuiciones precedentes de su Yo interno, de su espíritu.
· El sabio, lee, estudia, escucha, pero muchísimo menos. Sabe que el "oleaje mental" le impedirá escuchar la voz de su espíritu, la voz de su interior.
· El erudito lee, estudia, escucha. Hay mucho "ruido" en su alma. El sabio oye la "voz del silencio".
· El sabio ama lo que sabe, pues lo ha conquistado con esfuerzo. Y, por eso, lo vive.
· En el sabio no existe divergencia entre su forma de pensar, de sentir y de actuar.
· El erudito, la mayoría de veces, se mueve sobre un pensamiento frío, que no se traduce en ninguna acción verdaderamente sentida.
· El sabio no acumula. Dando a los demás posee cada vez más.
· El sabio sabe que conocer es no conocer.
· El erudito cree que conoce. Pero no conoce. He ahí el mal.
· La visión del sabio no excluye el análisis, pero es esencialmente visión de síntesis.
· El erudito se pierde en el análisis, hasta llegar a perder la visión de síntesis.
· El sabio une análisis y síntesis en su mátesis.
· El sabio es, aparentemente, blando y débil. La blandura y debilidad son atributos de la vida. La firmeza y la dureza son atributos de la muerte.
· Sabe el sabio que lo firme y lo grande ocupan el lugar inferior, lo blando y lo débil lo superior.
· El erudito habla mucho y calla poco, lo contrario que el sabio.
· Sabe el sabio que la falta de quietud interior impiden la superación.
· Sabe el sabio que Conocer y Amar son la misma cosa.
· Sabe el sabio que es en medio de la corrupción como la verdad aparece con claridad.
· Todos los sabios verdaderos profesan la misma enseñanza.
· El erudito habla mucho y observa poco. El sabio calla y lo examina todo con el ojo espiritual para descubrir al Unico.
· El erudito pretende instruir a aquellos que no saben nada. El hombre sabio se calla y espera a que lo interroguen.
· Honrado o despreciado el sabio no se altera.
· El erudito puede ser dogmático. No encontraréis un solo sabio que lo sea.
· En las doctrinas de los eruditos todo son escuelas y confusión.
· Sabe el sabio que la vida es muy oscura cuando no hay impulso. Que todo impulso es muy ciego cuando no hay conocimiento. Y todo conocimiento es inútil cuando no hay trabajo.
· El sabio conoce que todo está dentro de nada. Que nada está dentro de nada. Que todo está dentro de todo.


LO SUBLIME

Una nueva forma de satisfacer un instinto se halla en la sublimación (sublimar = elevar). La sicología entiende por ello una transmutación y una elevación del instinto en cuestión a un plano puramente intelectual. Freud opinaba que todos los resultados obtenidos en la esfera intelectual se debían a una sublimación del instinto sexual. Sin duda alguna, es muy posible que toda la energía psíquica que no puede desplegarse en el campo erótico, sea capaz de transformarse en fuerza creadora de índole espiritual. Sin embargo, es con toda seguridad una posición demasiado parcial el querer explicar por esta vía todo lo espiritual o intelectual. Debemos suponer que junto a los instintos elementales, también existirán, de un modo natural, instintos más elevados. Ambos tipos de instintos coexisten y solamente se satisfacen en distintos planos de la vida.
De hecho, la sublimación no es más que una forma de compensación o de satisfacción de una necesidad a través de un substitutivo. Pero en este caso, el instinto elemental se convierte en una necesidad espiritual, o para decirlo de otro modo, el instinto inferior se transforma en otro más elevado.. El individuo renuncia voluntaria y forzosamente a la satisfacción de tipo elemental y se compensa con una nueva forma de tipo espiritual. Este fenómeno se comprenderá también fácilmente si para su explicación recordamos el principio del placer. En ambos casos se trata de alcanzar el mayor grado posible de satisfacción interior, o dicho de otro modo, de placer. Los caminos, niveles y planos espirituales en que esto se consiga, carecen de importancia. Lo esencial es evitar el descontento y alcanzar la sensación de satisfacción.


PERCEPCION

Mi cuerpo es una percepción que tengo en el espacio y en el tiempo. Tiene una ubicación en el espacio y existe en el tiempo. Tiene un comienzo, un intermedio y un final.

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Mi mundo es una continuidad de percepciones y, por lo tanto, está compuesto de sucesos en el espacio-tiempo. Existe en forma de objetos en el espacio que tienen comienzo, intermedio y final.

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Mi cerebro es un instrumento del que me sirvo para tener percepciones.

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¿Dónde está el yo que se está sirviendo de este instrumento (llamado cerebro) para tener estas percepciones llamadas cuerpo, que nace, se mueve por el espacio y por el tiempo y, por fin, muere?

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El yo es el perceptor que está detrás de todas las percepciones, el pensador que está detrás de todos los pensamientos, es el espectador que está detrás de todos los escenarios, es el observador que está detrás de todas las observaciones.

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La percepción cambia, pero el perceptor sigue siendo el mismo. El pensamiento va y viene, el pensador siempre está allí; el escenario se transforma, pero el espectador se mantiene invariable, eterno. El yo verdadero es el espectador, no el escenario.

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Yo no puedo percibir al perceptor aplicando mis sentidos, pues cuando aplico mis sentidos empiezo a tener percepciones, y entonces dejo de estar conmigo mismo: estoy con mi percepción.

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Yo, pensando pensamientos, no puedo percibir el perceptor, porque cuando yo estoy pensando, no puedo seguir estando conmigo mismo, el pensador.

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Los pensamientos son percepciones. El pensador es el perceptor. Es posible que el pensamiento sea el pensador disfrazado, y que la percepción sea el perceptor disfrazado.

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Este es el dilema.
¿Es el pensador el pensamiento?
¿Es el perceptor la percepción?
¿Podría el espectador ser el escenario?

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Vamos a examinar tanto al perceptor como a la percepción.
Todas las percepciones son sucesos del espacio-tiempo.

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Están en el mundo de las dimensiones.

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Mi cuerpo ocupa espacio. Tiene altura, anchura, volumen. Existe en el tiempo. Está limitado por el tiempo.

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Hasta los pensamientos son sucesos que parpadean en el espacio-tiempo. Ocurren durante un parpadeo instantáneo y tienen comienzo, medio y final. Durante un parpadeo instantáneo ocupan un espacio y tienen una posición en la conciencia.

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Por eso, toda percepción está limitada por el tiempo.

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El perceptor, por otra parte, siendo el testigo silencioso e inmutable de todas las percepciones, es intemporal.

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El perceptor no tiene dimensiones.
El perceptor no ocupa espacio.

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Dado que el perceptor está allí antes de la percepción y está allí después de la percepción, entonces siempre está allí; y al estar siempre allí, es eterno.

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Eterno, no limitado, no espacial, intemporal, no dimensional: el perceptor es Espíritu.

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El Espíritu es el verdadero yo

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¿Cómo puedo encontrar el Espíritu?
No a fuerza de pensar.
No a fuerza de obrar.
Sólo a fuerza de Ser.


LA NATURALEZA HUMANA

Si a usted no le importa molestar a su familia y a sus amigos, pruebe a preguntarles por qué les importan los automóviles nuevos, los partidos de fútbol, los ascensos en el trabajo, las ropas bonitas, los ordenadores más potentes, los restaurantes de lujo, etc.
Las conversaciones de este tipo tienen dos características extrañas. En primer lugar, no se producen casi nunca. Es probable que la gente no lo odie a usted por hacer preguntas de este tipo, pero las preguntas les parecerán extrañas. Hay ciertas cosas en la vida que simplemente se dan por supuestas. En segundo lugar, la gente rara vez tiene buenas respuestas a este tipo de preguntas. Hasta las personas muy inteligentes y con estudios pueden no tener idea de la respuesta, a no ser que estén al tanto de los últimos avances de la sicología evolutiva.
Al fin y al cabo, cuando formulamos preguntas como éstas, los interrogados suelen alegar que "hacen lo natural" o que "es la naturaleza humana". Esto también es extraño, pues es probable que les enseñasen en la escuela que la supuesta naturaleza humana no existe. A mí me lo enseñaron. Parece que ellos no lo creen, ni tampoco lo creo yo.
Lo más probable es que a usted también le enseñasen en la escuela que los seres humanos son infinitamente flexibles, que las personas son capaces, en teoría, de seguir casi cualquier modo de vida imaginable. Quizás le enseñaran que todos los demás animales tienen instintos, pero que el instinto es una fuerza despreciable en la vida humana, pues los seres humanos podemos pensar, recordar y aprender los unos de los otros de un modo que no está al alcance de los demás animales. También es probable que usted haya leído esta opinión en libros. Casi todo el mundo la compartía hasta hace cosa de veinte años.
Sí existe algo llamado naturaleza humana, que viene a ser igual en todo el mundo y en todos los momentos de la historia, y que no difiere mucho de la naturaleza chimpancesca, de la naturaleza goriliana o de la naturaleza mandriliana. Voy a explicarle lo que es la naturaleza humana y cómo se hizo así. (Es un tema complejo, de modo que tendré que dejar de lado muchos detalles.) No serán sólo ideas mías. En los últimos veinte años, los biólogos especializados en conducta humana y los antropólogos y psicólogos con una visión evolutiva de sus temas de estudio han recopilado un amplio hábeas de investigaciones científicas que apoyan esta postura.
Consideremos los doce fenómenos siguientes:
· Entre todas las cosas malas que pueden suceder a una persona, se considera en general que la muerte de un hijo es la peor, y los hijos se recuperan mucho mejor de la muerte de un progenitor que los padres de la muerte de una hijo.
· En todo el mundo los hombres tienden más que las mujeres a abandonar, a descuidar o a maltratar a sus hijos, y los niños adoptados tienen más probabilidades de ser maltratados o abandonados por su padre o madre adoptiva que los hijos naturales.
· Las expresiones faciales que transmiten emociones son semejantes en todo el mundo.
· A todas las personas, en todos los lugares, les producen recelo las serpientes y las arañas, pero suelen despreocuparse de peligros mayores como son los vertidos tóxicos y los conductores borrachos.
· A la gente de todo el mundo le interesan intensamente las cuestiones de parentela. Procuran no olvidar quiénes son sus parientes, dónde están y cómo les va.
· En todo el mundo y en todas las épocas de la historia las personas han aborrecido las relaciones sexuales entre parientes próximos (entre padres e hijos, entre abuelos y nietos, entre hermanos, en muchos casos también entre primos carnales).
· En todas las sociedades, las personas reconocen diversas formas de nivel social, y todos temen la pérdida del nivel social que ostenten.
· Las mujeres, incluso las feministas modernas, siempre han se han sentido atraídas por los hombres relativamente dominantes y prósperos.
· En casi todas las sociedades de la Tierra, del pasado o del presente, a los hombres les interesan mucho las relaciones sexuales circunstanciales con mujeres, mientras que las mujeres son muy selectivas al elegir a sus compañeros sexuales.
· Los hombres maduros prefieren en general, en todas partes, casarse con mujeres más jóvenes.
· En casi todas las sociedades que se han estudiado hasta el momento, los hombres intentan vencer a otros hombres en competiciones deportivas, y los campeones deportivos son considerados compañeros sentimentales deseables por muchas mujeres.
· La poligamia (un hombre con dos o más esposas) ha sido común en muchas culturas, mientras que la poliandria (una mujer con dos o más maridos) ha sido bastante rara.

¿Por qué son así las cosas?
Es posible que a usted no le agrade esta lista. Quizás discuta algunas de mis generalizaciones, aunque si comprueba más a fondo los hechos descubrirá que son ciertos. Puede que se le ocurran contraejemplos. Existen algunos, pero no muchos. Quizás sospeche que yo tengo mis motivos ocultos para preguntarle por qué son así las cosas. Tal vez le inquiete la posibilidad de que yo presente estas afirmaciones porque soy un varón blanco y heterosexual que creo que las mujeres deben ocupar un papel secundario con respecto a los hombres, o que debe condenarse la homosexualidad, o que ciertos grupos étnicos deben seguir dominando a otros grupos étnicos, o que los ricos merecen ser ricos y los pobres merecen ser pobres.
En realidad, no creo que las cosas deban ser así. Si lo creyera, no estaría escribiendo estas letras. No creo que las cosas tengan que ser así. Si pregunto por qué son así las cosas, es para demostrar algo muy concreto. Es casi imposible explicar tales cosas ( y otras docenas de cosas como ellas) sin recurrir a la naturaleza humana y al instinto.
Intente verlo de este modo: ¿Cómo sería la vida humana si la gente no tuviera más que sentimientos racionales con respecto al sexo; si sólo tuvieran hijos por causas lógicas; si no existieran los niveles sociales o a la gente no les importasen; si las personas no compitieran entre sí de diversos modos; si no existieran los celos sexuales; si a la gente no le importase el atractivo físico; si los padres no establecieran vínculos apasionados con sus hijos; si a la gente no le interesasen las relaciones de parentesco? Si usted es una persona idealista y con imaginación, puede creer en un primer momento que el mundo sería mejor de ese modo. Pero si reflexiona un poco más, quizás advierta que un mundo así sería tan ajeno a nosotros que resulta muy difícil concebirlo. Nunca ha existido en la Tierra una cultura que viviera así.
El modo de vida que yo propongo (basado en desear lo que se tiene de acuerdo con los principios de Compasión, Atención y Gratitud) es contrario a la naturaleza humana. Es propio de la naturaleza humana desear lo que no se tiene. Para tener esperanzas de éxito en la tarea de desear lo que se tiene, usted debe comprender con qué se enfrenta. Si lo comprende, su decisión puede reforzarse, y podrá disponer de más recursos cuando el camino se ponga duro.
Para comprender la naturaleza humana y cómo llegó a ser tal como es, debe comprender un poco la evolución y el instinto. Los seres humanos tenemos nuestras inclinaciones naturales exactamente del mismo modo que las tienen los narcisos, las lombrices, los puercoespines, los leones y los chimpancés.


EL ESPACIO

Cuando cuantifico el espacio, creo el tiempo.

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El tiempo es un modo de medir el espacio

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Cuando cuantifico el tiempo, creo el espacio. El espacio es un modo de medir el tiempo.

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Cuando me cuantifico a mí mismo, creo una persona.

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Cuando advierto los espacios entre los sonidos y los espacios entre las palabras, así como los espacios entre mis pensamientos y el silencio de fondo que está detrás de todo, comprendo que todos estos espacios son un mismo espacio.

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Este espacio es el punto de entrada. Es el vórtice transformador, el pasillo, la ventana al Espíritu.

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El espíritu está más allá del vacío del espacio. Este ámbito, más allá del vacío, no es una nada vacía; es el vientre de la creación.

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La Naturaleza acude a un mismo lugar para crear una galaxia de estrellas, un cúmulo de nebulosas, una selva tropical, un cuerpo humano o un pensamiento. Ese lugar es el Espíritu.

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El tiempo personal nace en los espacios que están entre los recuerdos personales.

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El tiempo cósmico nace en los espacios que están entre los recuerdos cósmicos.

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El Espíritu es la potencialidad de los sucesos del espacio-tiempo.

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El Espíritu, moviéndose dentro de sí mismo, crea los sucesos del espacio-tiempo y se convierte en materia.

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El Espíritu y la materia son uno.

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El observador y lo observado son uno.

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El espectador y el escenario son uno.

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El espectador, el observador, el perceptor, el pensador, el campo y la conciencia pura son palabras distintas que describen todas ellas al Espíritu.


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