¡Bienvenidos a mi página! Quiero compartir todos estos conocimientos, enseñanzas y sabiduria contigo y espero que encuentres aquí algo de utilidad para toda tu vida. Disfruta de las palabras que estan plasmadas en este blog por que son enseñanzas que me ha ido transmitiendo el gran Macrocosmos creador o lo que tu llamas Dios, Alá, Yavhé y vuelve una y otra vez, haré lo posible para que este sitio sea de tu interés y el de toda tu gran familia espiritual, si no estas muy apurado re distribuye este link con quienes comparten tu existencia planetaria, y recuerda... el futuro lo haces tu .

¡Gracias por tu tiempo! mi correo es :
rositaoldfield@yahoo.com.ar, escribeme, me comprometo a contestar a todas tus inquietudes, te saluda con afecto, Rosi.



 

11/22/2006

PARA QUE TENGAS EXITO Y PROSPERIDAD, LAS SIETE LEYES UNIVERSALES, CONOCELAS Y APLICALAS


Podríamos definir el éxito en la vida como la expansión continuada de la felicidad y la realización progresiva de objetivos que merecen la pena. Es la capacidad de satisfacer nuestros deseos con facilidad y sin esfuerzo.
El éxito tiene muchas facetas; la riqueza material no es más que una de ellas. Además el éxito es un viaje, no un destino. Dentro del éxito también se incluyen la buena salud, la energía y el entusiasmo por la vida, las relaciones personales que nos llenan, la libertad creativa, la estabilidad emocional y psicológica, la sensación de bienestar y la tranquilidad de espíritu.
Aun viviendo todas estas cosas, seguiremos sin realizarnos mientras no seamos conscientes de la divinidad que está en nuestro interior. En realidad somos seres divinos disfrazados, y el Dios que está dentro de nosotros aspirar a materializarse plenamente. El éxito verdadero es, pues, la experiencia de lo milagroso. Es el despliegue de lo divino que llevamos dentro, es percibir lo divino donde quiera que vayamos, en cualquier cosa que percibamos: en los ojos de un niño, en la belleza de una flor, en el vuelo de un ave. Cuando empecemos a vivir nuestra vida como expresión milagrosa de lo divino, y no en determinadas ocasiones, sino constantemente, entonces conoceremos el significado verdadero del éxito.

¿Qué es una Ley?
Toda la creación, todo lo que existe en el mundo físico, es el resultado de la transformación de lo no manifiesto en manifiesto.
Todos los procesos de creación son procesos a través de los cuales se expresa a sí mismo el "Yo" o lo divino. La fuente de toda creación es lo divino (o espíritu) y todo lo creado procede de un mismo lugar: del campo de potencialidad pura, que es puramente no manifiesto.
Las leyes físicas del universo son en realidad todo este proceso de lo divino en movimiento. Cuando comprendemos estas Leyes y las aplicamos en nuestras vidas, podemos crear cualquier cosa que deseemos, pues las mismas Leyes que aplica la naturaleza para crear un bosque o una galaxia pueden producir también la realización de nuestros deseos más profundos.


Ley de la Potencialidad.

La fuente de toda la creación
Es la conciencia pura,
La potencialidad pura
Que aspira a expresarse
De lo no manifiesto en lo manifiesto.

Y cuando nos damos cuenta de que
Nuestro Yo verdadero es de potencialidad pura,
Nos alineamos con el poder
Que lo manifiesta todo en el universo.


Los seres humanos, en nuestro estado esencial, somos consciencia pura. La conciencia pura es potencialidad pura; es el campo de todas las posibilidades y de la creatividad infinita. La conciencia pura es nuestra esencia espiritual. Por ser infinita e ilimitada es también alegría pura. Otros atributos de la conciencia son el conocimiento puro, el silencio infinito, el equilibrio perfecto, la invencibilidad, la sencillez y la dicha.
Esta Ley podría llamarse también Ley de la unidad, pues bajo la diversidad infinita de la vida subyace la unidad de un espíritu que todo lo penetra. No existe ninguna separación entre este campo de energía y nosotros. El campo de la potencialidad pura es nuestro propio "Yo". Y cuanto más conozcamos nuestra propia naturaleza, más próximos estaremos al campo de la potencialidad pura.
Nuestro "Yo" verdadero es humilde y no se siente superior a nadie, pues sabe que todos los demás son el mismo "Yo", el mismo espíritu, bajo disfraces diferentes.
¿Cómo podemos acceder a este campo? Mediante el silencio, la meditación y la quietud. Otro camino para acceder al campo de la potencialidad pura es por medio de la práctica de la abstinencia de juicios de valor. El juicio de valor es la evaluación constante de las cosas como correctas o incorrectas, buenas o malas. De esta forma generamos en nuestro interior turbulencias que limitan el flujo de energía entre el campo de la potencialidad pura y nosotros. Estamos comprimiendo el "hueco" entre los pensamientos.
Este hueco es nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura. Es ese estado de conocimiento puro, ese espacio silencioso entre un pensamiento y otro, esa quietud interior que nos conecta con el poder verdadero. Y cuando comprimimos el hueco, comprimimos nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita.

Aplicación práctica.
1. Entraré en contacto con el campo de la potencialidad pura dedicando algún tiempo cada día a guardar silencio, simplemente a ser. También entraré en mi interior varias veces al día, aunque sólo sean cinco minutos cada vez.
2. Dedicaré cierto tiempo cada día a entrar en comunión con la naturaleza y a presenciar en silencio la inteligencia que se encierra en todas las cosas vivas.
3. Estaré atento a los juicios de valor que emito.


La Ley de la entrega.

El universo opera por el intercambio
Dinámico, dar y recibir son
Aspectos diferentes
Del flujo de energía en el universo.

Y con nuestra disposición para dar
Aquello que buscamos, hacemos
Que la abundancia del universo
Siga circulando en nuestras vidas.

También le podríamos llamar la Ley del dar y del recibir, pues el universo opera por el intercambio dinámico. Nada es estático. Nuestro cuerpo mantiene un intercambio dinámico y constante con el cuerpo del universo; nuestra mente mantiene una interacción dinámica con la mente del cosmos; nuestra energía es una manifestación de la energía cósmica.
El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa de todos los elementos y fuerzas que componen la estructura del campo de la existencia.
Toda relación se basa en un dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar. En realidad recibir es lo mismo que dar, pues el dar y el recibir son dos aspectos diferentes del flujo de la energía del universo.
Cuanto más entreguemos más recibiremos, pues mantendremos circulando en nuestra vida la abundancia del universo. En realidad, cualquier cosa que tenga valor en la vida no hace más que multiplicarse cuando se entrega. Si hay algo que no se multiplica por la entrega, es que no vale la pena entregarlo ni recibirlo. Si sentimos que hemos perdido algo por el acto de entregar, es que el don no ha sido entregado de verdad y no generará incremento. Si entregamos algo a regañadientes, no existe una energía detrás de la entrega.
Lo más importante es la intención que se encierra detrás de nuestra entrega y de su recepción. La intención siempre debe ser crear felicidad para el que da y para el que recibe. La intención debe ser tal que sintamos alegría por el hecho mismo de entregar.
La práctica de la Ley de la entrega es muy sencilla en realidad: si queremos tener alegría, entreguemos alegría a los demás; si queremos amor, aprendamos a entrega amor; y así con la atención, el aprecio... y también con todas las cosas materiales. En realidad, la manera más fácil de recibir lo que se desea es ayudar a los demás a recibir lo que desean.
Si queremos recibir la bendición de todas las cosas buenas de la vida, aprendamos a otorgar calladamente a los demás la bendición de todas las cosas buenas de la vida.
El mismo pensamiento de entregar, el pensamiento de bendecir, o una sencilla oración tienen el poder de afectar a los demás.
Aprendamos a entregar lo mismo que buscamos.

Aplicación práctica.
1. Vaya donde vaya, llevaré un regalo para todas las personas con que me relacione. El regalo puede ser una frase agradable, una flor o una oración. Pondré así en marcha el proceso de circulación de la abundancia en mi vida y en la vida de los demás.
2. Hoy recibiré con agradecimiento todos los dones que me ofrece la vida: la naturaleza, la luz del sol, el canto de los pájaros, la lluvia de la primavera o las nieves del invierno. También agradeceré todo aquello que recibo de los demás.


La ley del Karma o de la causalidad.

Toda acción engendra una fuerza
De energía que vuelve a nosotros
En igual cantidad.

Lo que sembramos es lo que cosechamos.
Y cuando optamos por realizar actos
Que llevan la felicidad y el éxito a los demás,
El fruto de nuestro karma es la felicidad y el éxito.

El "Karma" es a la vez acción y las consecuencias de la acción; es causa y efecto simultáneamente, pues toda acción engendra una fuerza de energía que vuelve a nosotros en igual cantidad. Esta Ley no tiene nada de insólito, todos hemos oído decir que "cosechamos lo que sembramos".
Los seres humanos somos, esencialmente, tomadores de decisiones infinitas. En cada uno de los momentos de nuestra existencia tenemos acceso a una infinidad de posibilidades de decisión. Algunas de estas decisiones las tomamos conscientemente, mientras que otras se toman inconscientemente. Pero la mejor manera de comprender y optimizar la aplicación de la Ley de la causalidad es volvernos conscientes de las decisiones que tomamos en cada momento.
La mayoría de nosotros, como consecuencia de los condicionamientos, tenemos respuestas repetitivas y previsibles ante los estímulos de nuestro entorno. Parece que nuestras reacciones son desencadenadas automáticamente por las personas y por las circunstancias, y nos olvidamos de que no dejan de ser decisiones que estamos tomando en cada momento de nuestra existencia. Sencillamente, estamos tomando estas decisiones inconscientemente.
Cuando tomamos una decisión, la que sea, podemos preguntarnos dos cosas. En primer lugar: "¿Cuáles son las consecuencias de esta decisión que estoy tomando?" en
Nuestro fuero interno sabremos cuáles son. En segundo lugar: "Me aportará felicidad a mi y los que me rodean esta decisión que estoy tomando ahora?" Si la respuesta es afirmativa, entonces sigamos con la decisión. Si es negativa, entonces no tomemos la decisión. Es así de sencillo.
Entre el número infinito de posibilidades de decisión que tenemos ante nosotros a cada segundo, sólo hay una opción que nos generará felicidad a nosotros mismos y los que nos rodean. Y cuando elijamos esta opción su consecuencia será una forma de conducta que se llama "acción correcta espontánea", que es la acción correcta en el momento correcto. Es la respuesta correcta ante cada situación en el momento de producirse.
En el momento de tomar conscientemente un decisión, prestemos atención al cuerpo y preguntémosle: "¿qué pasa si tomo esta decisión?" Si nuestro cuerpo nos envía una sensación de bienestar, entonces esa es la acción correcta, sinos envía un mensaje de malestar, entonces no es la acción adecuada.
Algunas personas reciben este mensaje de bienestar o de malestar en la región del plexo solar, pero la mayoría lo recibe en la región del corazón.
De las acciones pasadas y que influyen en el presente debemos preguntarnos "¿qué puedo aprender de esta experiencia? ¿cómo puedo convertir esta experiencia en útil para los demás? También podemos trascender la situación, no dejar de sentir el "hueco", el "Yo", el Espíritu.
Convirtiéndonos en tomadores de decisiones conscientes, empezamos a engendrar actos que son evolutivos para nosotros y para los que nos rodean. Y esto es todo lo que tenemos que hacer.

Aplicación práctica.
1. Hoy observaré las decisiones que tomo en cada momento.
2. Siempre que tome una decisión, me haré a mí mismo dos preguntas: "cuáles son las consecuencias de esta decisión que estoy tomando en este momento? ¿me producirá realización personal y felicidad a mí mismo y a aquellos a los que afecta mi decisión?
3. Después, pediré orientación a mi corazón y me dejaré guiar por su mensaje de bienestar o de malestar.


La Ley del mínimo esfuerzo.

La inteligencia del universo funciona
Con una facilidad libre de esfuerzos,
Con despreocupación, con armonía y con amor.

Y dominamos las fuerzas
De la armonía de la alegría y del amor,
Creamos el éxito y la buena fortuna
Con una facilidad libre de esfuerzos.

Esta Ley se basa en el hecho de que la inteligencia de la naturaleza funciona con una facilidad libre de esfuerzos y con una despreocupación tranquila.
Es propio de los niños pequeños ser dichosos, de las estrellas relucir y parpadear, de la tierra girar. Es propio de la naturaleza humana hacer que nuestros sueños se manifiesten en forma física, fácilmente y sin esfuerzo, no hacer nada y conseguirlo todo. Esto supone que basta tener con tener una leve idea para que se produzca sin esfuerzo la manifestación de la idea.
Cuando nuestros actos están motivados por el amor, nuestra energía se multiplica y se acumula, y podemos canalizar la energía sobrante que recogemos y que disfrutamos para crear cualquier cosa que deseemos.
Esta Ley tiene tres aspectos:

Aceptación: Este momento es tal como debe ser, pues todo el universo es tal como debe ser.: Este momento es tal como debe ser, pues todo el universo es tal como debe ser.
Cuando nos sentimos frustrados o alterados por una persona o por una situación, recordemos que no estamos reaccionando ante la persona o ante la situación, sino ante los sentimientos que albergamos con respecto esa persona o situación. Son nuestros sentimientos, y nuestros sentimientos no son culpa de otra persona. Cuando reconocemos esto y lo comprendemos por completo, estamos preparados para hacernos responsables de cómo nos sentimos y de cambiar estos sentimientos. Y si somos capaces de aceptar las cosas tal como son, estaremos preparados para hacernos responsables de nuestra situación y de todas las circunstancias que consideramos problemas.

Responsabilidad: Todos los problemas contienen la semilla de la oportunidad. Si tomamos conciencia de ello, todas las situaciones, supuestamente preocupantes, se convertirán en una oportunidad para la creación de algo nuevo y hermoso, y todo supuesto verdugo o tirano se convertirán en nuestro maestro.: Todos los problemas contienen la semilla de la oportunidad. Si tomamos conciencia de ello, todas las situaciones, supuestamente preocupantes, se convertirán en una oportunidad para la creación de algo nuevo y hermoso, y todo supuesto verdugo o tirano se convertirán en nuestro maestro.
Cuando nuestro estado de preparación se encuentre con la oportunidad, la solución aparecerá espontáneamente. El resultado es lo que se suele llamar "buena suerte".

Indefensión: Si abrazamos el ahora, el presente, nos volvemos uno con él y sentiremos un fuego, un brillo de éxtasis que palpita en todo ser vivo y sensible. Cuando empecemos a sentir esta exaltación del espíritu, nacerá dentro de nosotros la alegría y nos liberaremos de las terribles cargas de la actitud defensiva, de resentimiento y de hipersensibilidad. Sólo entonces no volveremos ligeros de corazón, despreocupados, alegres y libres.: Si abrazamos el ahora, el presente, nos volvemos uno con él y sentiremos un fuego, un brillo de éxtasis que palpita en todo ser vivo y sensible. Cuando empecemos a sentir esta exaltación del espíritu, nacerá dentro de nosotros la alegría y nos liberaremos de las terribles cargas de la actitud defensiva, de resentimiento y de hipersensibilidad. Sólo entonces no volveremos ligeros de corazón, despreocupados, alegres y libres.
Cuando poseamos la combinación de delicada de la aceptación, la responsabilidad y la indefensión, viviremos el flujo de la vida con una facilidad libre de esfuerzos.

Aplicación práctica.
1. Hoy practicaré la aceptación. Aceptaré a las personas y situaciones tal como ocurran.
2. Asumiré la responsabilidad de mi situación sin echar a nadie ni a nada la culpa, ni siquiera a mí mismo.
3. Hoy, mi atención quedará establecida en la indefensión.


La Ley de la intención y del deseo.

Es inherente a cada intención y a cada deseo
El mecanismo para su realización. La intención
Y el deseo, en el campo de la potencialidad pura,
Tienen un poder organizador infinito.

Y cuando introducimos una intención
en el terreno fértil de la potencialidad pura,
ponemos a trabajar para nosotros
este poder organizador infinito.

Esta Ley se basa en el hecho de que la energía y la información están por todas partes en la naturaleza. En concreto, en el campo cuántico (consciencia pura o potencialidad pura) no existe nada que no sea energía e información. Todo el universo, en su naturaleza esencial, es el movimiento de la energía y la información. La única diferencia entre un árbol y nosotros es el contenido informativo y energético de nuestros respectivos cuerpos. A nivel material tanto el árbol como nosotros estamos compuestos de unos mismos elementos: carbono, hidrógeno, oxígeno...
Nuestro cuerpo no está apartado del cuerpo del universo, pues a los niveles de mecánica cuántica no existen límites bien definidos. Somos un remolino dentro del campo cuántico más general: el universo.
Podemos modificar conscientemente el contenido energético e informativo de nuestro propio cuerpo mecánico cuántico. Esta influencia, este cambio consciente es producido por dos cualidades inherentes de la conciencia: la atención y la intención.
La atención carga de energía, y la intención transforma. Cualquier cosa sobre la que dirijamos nuestra atención cobrará fuerza en nuestra vida. Cualquier cosa de la que retiremos nuestra atención se marchitará y desaparecerá. La intención, por su parte, desencadena la transformación de la energía y de la información. La intención organiza su propia realización.
La cualidad de intención sobre el objeto de la atención organizará una cantidad infinita de sucesos en el espacio-tiempo para producir el resultado que esperamos, siempre que sigamos las demás Leyes espirituales del éxito. Esto se debe a que la intención, en el terreno fértil de la atención, tiene un poder infinito de organización. El poder infinito de organización equivale al poder de organizar una cantidad infinita de sucesos en el espacio tiempo, todos a la vez. Vemos la manifestación de este poder infinito de organización en cada hoja de hierba, en cada flor, en cada célula de nuestro cuerpo. La vemos en todo lo que está vivo.
Lo que tenemos de notable, con respecto al resto de la naturaleza, es que los seres humanos podemos dar órdenes a este poder organizador infinito por medio de la atención consciente. En nuestra especie, la intención no está fijada ni encerrada en una red rígida de energía e información, no debemos emigrar ni aparearnos en determinadas fechas como otras especies, por ejemplo. Tiene una flexibilidad infinita. Mientras no violemos las otras Leyes de la naturaleza, a través de nuestra intención podemos darle órdenes, literalmente, a las Leyes de la naturaleza para que realicen nuestros sueños y deseos.
La intención sienta las bases para el flujo espontáneo, libre de esfuerzos y de roces, de la potencialidad pura que aspira a expresarse de lo no manifiesto en lo manifiesto.
Pero esta intención debe utilizarse para el bien de la humanidad, ser deseo sin apego al resultado y estar asentada en el presente.
Cuando sigamos estos cinco pasos para realizar nuestros deseos, la intención generará su propio poder:
1. Entra en el hueco. Es decir, céntrate en el espacio silencioso que existe entre los pensamientos, entra en el silencio, en ese nivel del Ser que es tu estado esencial.
2. Libera tus intenciones y deseos. En este estado o lugar no hay pensamiento ni intención, pero intenta entrar y salir con la intención.
3. Mantén la reserva acerca de tus deseos: no los compartas con nadie, si no es con una persona que tenga exactamente los mismos deseos y que mantenga vínculos estrechos.
4. Deja que el universo se ocupe de los detalles. Confía.

Aplicación práctica.
1. Prepararé una lista de todos mis deseos. La llevaré conmigo. La repasaré antes de mis ratos de silencio y de meditación. La repasaré antes de acostarme por las noches. La repasaré cuando me despierte por las mañanas.
2. Liberaré esta lista y confiaré.


La Ley del desapego.

En el desapego se encuentra la sabiduría
De la incertidumbre, en la sabiduría
de la incertidumbre se encuentra la libertad
con respecto a nuestro pasado, con respecto
a lo conocido, que es la cárcel
del condicionamiento pasado.

Y nuestra disposición a adentrarnos
En lo desconocido, el campo de todas
Las posibilidades, nos sometemos
A la mente creativa que dirige
La danza del universo.

Esta Ley dice que para adquirir cualquier cosa en el universo físico es preciso renunciar al apego a esa misma cosa. Esto no quiere decir que abandonemos la intención de crear nuestro deseo. Abandonamos nuestro apego al resultado.
Esta acción es muy poderosa. En el momento en que renunciemos al apego al resultado, combinando la intención apuntada con el desapego simultáneamente, tendremos todo lo que deseamos.
El apego se basa en el miedo y en la inseguridad, y la necesidad de seguridad se basa en la falta de conocimiento de nuestro Yo verdadero.
La búsqueda de la seguridad es una ilusión. La solución a esta necesidad humana se encuentra en la sabiduría de la inseguridad o de la incertidumbre.
La búsqueda de la seguridad y de la certidumbre no es más que un apego a lo conocido y lo conocido no es más que la cárcel del condicionamiento pasado. La incertidumbre, por su parte, es el terreno fértil de la creatividad y la libertad puras, supone adentrarse en lo desconocido en cada momento de nuestra existencia. Lo desconocido es el campo de todas las posibilidades, siempre frescas, siempre nuevas, siempre abiertas a la creación de nuevas manifestaciones. Sin incertidumbre y sin lo desconocido, la vida no sería más que la repetición trillada de recuerdos gastados. Nos volvemos víctimas del pasado, y nuestro verdugo de hoy es el yo que nos queda en el ayer.
La fuente de la riqueza, de la abundancia, o de cualquier otra cosa en el mundo físico es el Yo. Todo lo demás son símbolos (automóviles, casas, billetes) transitorios que van y que vienen. Perseguir los símbolos es como conformarse con un plano en lugar del terreno verdadero. Así se genera angustia; acabamos sintiéndonos huecos y vacíos, porque cambiamos nuestro Yo por los símbolos de nuestro Yo.
El apego procede de la conciencia de pobreza, pues el apego siempre se dirige a los símbolos. El desapego es equivalente a la conciencia de riqueza, pues con el desapego existe la libertad para crear. Sólo con la participación desapegada podemos tener alegría y buen humor. De esta forma, los símbolos de la verdadera riqueza se crean espontáneamente y sin esfuerzo.
La verdadera conciencia de la riqueza es la capacidad de tener cualquier cosa que deseamos, en el momento en que la deseamos y con el mínimo esfuerzo

Aplicación práctica.
1. Hoy practicaré el despego. Intervendré en todo con participación desapegada.
2. Hoy viviré la incertidumbre. Cuanto más inciertas parezcan las cosas, más seguro me sentiré yo, pues la incertidumbre es el camino que me conduce a la libertad.
3. Me adentraré en el campo de todas las posibilidades y viviré toda la magia, misterio y alegría de la vida.




La Ley del dharma o del propósito de la vida.

Todos tenemos un propósito en la vida,
Un don singular o un talento especial
Que podemos dar a los demás.

Y cuando combinamos este talento singular
Con el servicio a los demás, conocemos
el éxtasis y la exaltación de nuestro
propio espíritu, que es la finalidad
última de todos los objetivos.

Esta ley dice que nos hemos manifestado bajo forma física para cumplir un propósito. El campo de la potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y lo divino asume la forma humana para cumplir un propósito.
Cada uno de nosotros tiene un talento singular y una manera singular de expresarlo. Existe algo que cada uno de nosotros puede hacer mejor que nadie más en todo el mundo; y para cada talento singular y para cada expresión singular de ese talento existen también unas necesidades singulares. Cuando estas necesidades se corresponden con la expresión creativa de nuestro talento, surge la chispa que crea la abundancia. La expresión de nuestro talento para satisfacer necesidades crea riqueza y abundancia ilimitadas.
Debemos preguntarnos cómo podemos servir a la humanidad y cuáles son nuestros talentos naturales. Esto nos hará estar centrados en lo que hemos venido a entregar.
Esta Ley tiene tres aspectos:
1. Cada uno de nosotros estamos aquí para descubrir nuestro Yo verdadero, para que averigüemos por nuestra cuenta que nuestro Yo verdadero es espiritual, que somos esencialmente seres espirituales que nos hemos manifestado bajo forma física. Cada uno de nosotros debemos descubrir que dentro de nosotros se encierra un Dios o una Diosa que quiere expresar nuestra divinidad.
2. Todo ser humano tiene un talento singular que cuando lo está expresando le lleva a un conocimiento intemporal, pierde la noción del tiempo.
3. Cuando combinamos el servicio a la humanidad con la capacidad para expresar nuestro talento, ejercemos plenamente esta Ley del dharma. Entonces no habrá nada que nos cierre el acceso a la abundancia ilimitada, pues es esta la manera en que se consigue verdaderamente la abundancia.

Cuando nuestras expresiones creativas se correspondan con las necesidades de nuestro prójimo, entonces la riqueza fluirá espontáneamente desde lo no manifiesto a lo manifiesto, desde el reino del espíritu hasta el mundo de la forma. Empezaremos a vivir nuestra vida como una expresión milagrosa de nuestra divinidad, no sólo de cuando en cuando, sino todo el tiempo. Y conoceremos la verdadera alegría y el verdadero significado del éxito: el éxtasis y la exaltación de nuestro propio espíritu.


Aplicación práctica.
1. Hoy nutriré con amor al Dios o a la Diosa que llevo dentro de mi alma. Prestaré atención al espíritu que está dentro de mi y que anima tanto mi cuerpo como mi mente. Me despertaré a esa profunda quietud que está dentro de mi corazón y llevaré conmigo la conciencia del Ser intemporal, eterno, dentro de la experiencia temporal.
2. Prepararé una lista de mis talentos singulares. Después, prepararé una lista de todas las cosas que me gusta hacer mientras expreso mis talentos singulares. Cuando expreso mis talentos singulares y los pongo al servicio de la humanidad, pierdo la noción del tiempo y genero abundancia en mi vida, así como en las vidas de los demás.
3. Hoy me preguntaré: ¿Cómo puedo servir? Y ¿Cómo puedo ayudar?. Las respuestas a estas preguntas me permitirán ayudar y servir con amor a mi prójimo.





No hay comentarios: