LOS ELOGIOS

Desconfiemos de todos los elogios que nos hagan, por las cosas buenas que creemos que hacemos o podamos hacer, incluso de aquellos que supuestamente vienen con buena intención de un facilitador o Maestro. Lo que nos hace crecer son las criticas, no importa cuan crueles sean. Si son ciertas nos ayudan a corregir, si son calumniadoras, nos desarrollan la humildad y la capacidad de perdonar sobre todo cuando nos preocupan, molestan o producen rabia. Los elogios nos hinchan la personalidad y nos apartan del camino real. Muchos de los elogios vienen de parte de la otra polaridad, y son utilizados por algunos Maestros Ascendidos que prueban a sus estudiantes haciéndolos creer discípulos aceptados, fieles a su línea discipular, personas confiables, buenos compa?eros espirituales, devotos, y respetuosos, a ver cuanto se lo creen y al creérselos, se envanecen y caen. Es sumamente importante para un verdadero Maestro saber cuan permeable es su estudiante al envanecimiento de los elogios que se le hagan. Nunca el elogio es bueno, venga de quien venga. Cada vez que el Maestro halaga al estudiante, el deber de este es negarlo, porque sabe que debajo de esa flor esta una serpiente, no importa de quien venga la flor. Si nos creemos el elogio estamos caídos.Leyendo las Florecitas de San Francisco me encontré con estas notas que las he adaptado a los que nos pasa a algunos metafísicos. Dejemos pasar pacientemente toda calumnia, rechazo, injuria y escarnio como sordos y mudos. Pongamos todas nuestras esperanzas en Dios y nuestras intenciones en predicar la Metafisica. No dejemos a la Divina Presencia de Dios por ninguna criatura. Cuidémonos que nuestra soberbia, ceguedad, orgullo y altivez no nos haga acabar fuera de la Metafisica.Es preferible sufrir vergüenzas y oprobios por actuar Crísticamente renunciando al que nos reconozcan el bien que hacemos, a recibir honores del mundo o reverencias y alabanzas vanas.Andemos por el mundo como peregrinos y extranjeros no llevando con nosotros más que la radiación, ense?anza y expansión del Cristo. Al ser verdaderos ramos de la verdadera vid, que es el Cristo produciremos grandes y buenos frutos en las Almas que ganamos para Dios.La prefecta evolución espiritual no esta en decir o dar la imagen de estar con los Maestros Ascendidos, revelar sus secretos, dar sus mensajes o repetir sus palabras; hablar como los Ángeles, demostrar gran ejemplo de santidad, hacer milagros, saber idiomas, curar con poderes espirituales; conocer la naturaleza de los animales o predicar tan bien que convirtamos gente a la Metafisica.La verdadera espiritualidad esta, si estamos mojados por la lluvia, helados por el frío, o muertos de calor, enfangados de lodo, afligidos de hambre, cansados de tanto ense?ar y no nos reconocen lo que hacemos, no nos saludan, nos tratan como malhechores, nos acusan de falta de espiritualidad, de ir por el mundo enga?ando y robando las “donaciones amorosas”, y nos echen de los grupos, nos rechacen, nos vean por las calles y no nos quieran saludar y aguantemos pacientemente esas injurias, crueldades sin tribulación, ni murmuración, perdonándolos pensando humildemente, caritativamente que ellos tienen razón, nos conocen verdaderamente, que no merecemos ningún halago. Si después de este rechazo volvemos al grupo y nos rechazan por segunda vez como importunos y nos tratan como ladrones, estafadores y una vez más aguantamos pacientemente con alegría y buen humor perdonando. Si obligados por la soledad y deseos de compa?ía espiritual volvemos a llamar por tercera vez al grupo y nos vuelven a rechazar, nos aturden de acusaciones y aguantamos pacientemente volviendo a perdonar, esto es vencerse a si mismo, es la verdadera evolución espiritual. No nos vanagloriemos de los dones y virtudes que tenemos, porque es Dios quien nos las da y no son nuestras, son de Dios, pero el desprecio, rechazo, critica y nuestro perdón, si es nuestro.