¿qué queremos decir con la palabra espiritual ??
Esta palabra se usa muy a menudo y tal vez con significados diferentes; algunas veces se usa en un sentido poco preciso y hasta vago, para disfrazar una pobreza general del pensamiento, o para expresar un sentimiento de inspiración muy vago. Por esta razón es necesario que aclaremos el sentido auténtico del término. Una comunidad espiritual es aquella que fomenta en sus miembros el desarrollo de estados mentales positivos, diestros, considerados el mejor ideal posible para todo ser humano, en lugar de estados mentales negativos, torpes.
Asimismo, la vida espiritual es una vida dedicada al desarrollo de estados mentales diestros en el sentido más sublime; es una vida enteramente basada en el desarrollo y la expresión de estados mentales diestros, de paz y satisfacción mental, amistad y sabiduría. La práctica espiritual constituye así, cualquier método o ejercicio, cualquier observancia que conduce a erradicar estados mentales torpes y a desarrollar estados mentales diestros.
Esta distinción entre estados mentales diestros y torpes puede servirnos de base para diferenciar varios niveles de experiencia. En primer lugar, existe un nivel de conciencia en donde solo encontramos estados mentales torpes; en segundo lugar, existe un nivel de conciencia en donde solo encontramos estados mentales diestros; y tercero, existe un nivel de conciencia en donde encontramos una mezcla de ambos. Además puede verse que estos tres niveles de conciencia corresponden con los tres planos de la existencia. Así, en orden ascendente, tenemos primero lo que podemos llamar el plano mundano; este es el plano de la existencia donde los seres están motivados total o parcialmente , por pensamientos de avaricia, odio e ignorancia. Es un estado en el que los seres actúan con torpeza, es decir, causan daño a otros seres, toman lo que no les pertenece, dan expresión a deseos sexuales de explotación, hablan falsedades, con malicia y crueldad, van creando discordia entre la gente, hablando sin sentido y estableciendo diálogos frívolos e inútiles. Este es pues, el plano de la vida mundana.
El plano donde encontramos una mezcla de estados mentales diestros y torpes es el plano de conflicto, de lucha y de esfuerzo. Es el plano donde los estados diestros y torpes están más o menos en equilibrio. En este encontramos a las personas que se han embarcado en la vida espiritual, aquellos que han empezado a tratar de evolucionar. De la misma forma que un anfibio es una criatura que vive parte del tiempo en el agua y parte en la tierra, las personas que se encuentran en este plano mixto, son anfibios en un sentido espiritual. Esta personas a veces se comportan de una forma bastante mundana y a veces de una manera bastante espiritual.
En tercer lugar está el plano espiritual. En este plano los seres están motivados exclusivamente por pensamientos diestros: motivados por la fe, la energía y la compasión, por la felicidad y la lucidez de conciencia. En este plano las acciones son generosas y puras, se dice la verdad de una forma afectuosa y amable, se promueve la armonía y la concordia, y todo aquel que escucha se beneficia.
Esta palabra se usa muy a menudo y tal vez con significados diferentes; algunas veces se usa en un sentido poco preciso y hasta vago, para disfrazar una pobreza general del pensamiento, o para expresar un sentimiento de inspiración muy vago. Por esta razón es necesario que aclaremos el sentido auténtico del término. Una comunidad espiritual es aquella que fomenta en sus miembros el desarrollo de estados mentales positivos, diestros, considerados el mejor ideal posible para todo ser humano, en lugar de estados mentales negativos, torpes.
Asimismo, la vida espiritual es una vida dedicada al desarrollo de estados mentales diestros en el sentido más sublime; es una vida enteramente basada en el desarrollo y la expresión de estados mentales diestros, de paz y satisfacción mental, amistad y sabiduría. La práctica espiritual constituye así, cualquier método o ejercicio, cualquier observancia que conduce a erradicar estados mentales torpes y a desarrollar estados mentales diestros.
Esta distinción entre estados mentales diestros y torpes puede servirnos de base para diferenciar varios niveles de experiencia. En primer lugar, existe un nivel de conciencia en donde solo encontramos estados mentales torpes; en segundo lugar, existe un nivel de conciencia en donde solo encontramos estados mentales diestros; y tercero, existe un nivel de conciencia en donde encontramos una mezcla de ambos. Además puede verse que estos tres niveles de conciencia corresponden con los tres planos de la existencia. Así, en orden ascendente, tenemos primero lo que podemos llamar el plano mundano; este es el plano de la existencia donde los seres están motivados total o parcialmente , por pensamientos de avaricia, odio e ignorancia. Es un estado en el que los seres actúan con torpeza, es decir, causan daño a otros seres, toman lo que no les pertenece, dan expresión a deseos sexuales de explotación, hablan falsedades, con malicia y crueldad, van creando discordia entre la gente, hablando sin sentido y estableciendo diálogos frívolos e inútiles. Este es pues, el plano de la vida mundana.
El plano donde encontramos una mezcla de estados mentales diestros y torpes es el plano de conflicto, de lucha y de esfuerzo. Es el plano donde los estados diestros y torpes están más o menos en equilibrio. En este encontramos a las personas que se han embarcado en la vida espiritual, aquellos que han empezado a tratar de evolucionar. De la misma forma que un anfibio es una criatura que vive parte del tiempo en el agua y parte en la tierra, las personas que se encuentran en este plano mixto, son anfibios en un sentido espiritual. Esta personas a veces se comportan de una forma bastante mundana y a veces de una manera bastante espiritual.
En tercer lugar está el plano espiritual. En este plano los seres están motivados exclusivamente por pensamientos diestros: motivados por la fe, la energía y la compasión, por la felicidad y la lucidez de conciencia. En este plano las acciones son generosas y puras, se dice la verdad de una forma afectuosa y amable, se promueve la armonía y la concordia, y todo aquel que escucha se beneficia.
Podemos decir entonces que los miembros han aceptado la responsabilidad de su propia vida y han decidido que quieren desarrollarse y crecer como seres humanos. Por lo tanto, la Comunidad Espiritual no es un grupo en el sentido común y corriente; no es algo colectivo con una mente o alma colectiva. No posee una identidad colectiva en la que uno pierde su identidad propia o en la que se sumerge. La comunidad Espiritual es una asociación voluntaria de personas libres, que están vinculadas por su compromiso a un ideal. FIN DE LA PRIMERA PARTE.
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