«Día de los Derechos Humanos»
Una de las cosas más fundamentales que hay que recordar siempre, es que estamos viviendo en una sociedad hipócrita. Una vez le preguntaron a un gran filósofo: «¿Qué piensas de la civilización?» El filósofo contestó: «Es una buena idea, pero alguien tiene que transformar la idea en realidad. La «Civilización» todavía no ha ocurrido. Es un sueño del futuro».
La gente que está en el poder -político, religioso, social-, lo está porque la «Civilización» no ha ocurrido. Un mundo civilizado, un hombre maduro, no necesita naciones -todas esas fronteras son falsas. No necesita religiones, porque todas las teologías son sencillamente ficciones. Los que han estado durante miles de años en el poder -sacerdotes, políticos, super ricos- tienen todo el poder para impedir la evolución humana. Pero el mejor modo de impedirla es convencer al hombre de que «Ya estás civilizado». Convencerlo de que «Ya eres un ser humano. No necesitas una transformación; es innecesario». Y la debilidad del hombre consiste en que sabiendo perfectamente que no existe lo que denominamos «Civilización», que no existe lo que denominamos sensibilidad humana, aún cree en todas las mentiras que los políticos le han estado contando, que los sacerdotes le han estado predicando, que los educadores le han estado enseñando, porque parece más sencillo simplemente creer; no necesitas hacer nada más.
Reconocer el hecho de que todavía no eres hombre, crea miedo. La tierra desaparece bajo tus pies. La verdad te desnuda totalmente, te desnuda de todas las mentiras, te desnuda de todas las hipocresías. Por eso nadie la desea, todos creen poseerla ya. ¿Puedes ver la estrategia psicológica? Si no le quieres dar algo a alguien, convéncelo, hipnotízalo, repítele una y otra vez: «Ya lo tienes». Y cuando miles de personas a tu alrededor -tus padres, tus maestros, tus sacerdotes, tus líderes- creen en ello, es casi imposible para los recién llegados a este mundo -niños pequeños- no dejarse convencer por esta vieja idea milenaria. Millones de personas vivieron y murieron creyendo que la «Civilización» estaba aquí. Así que lo primero que quiero que entiendas es que todavía somos bárbaros. Sólo los bárbaros pueden hacer cosas como las que hemos estado haciendo durante miles de años. No seres humanos. En tres mil años, cinco mil guerras... ¿y asi y todo denominamos al hombre civilizado?
George Gurdieff solía contar una sencilla historia, aunque se refiere a la Humanidad. En la historia había un mago que vivía internado en bosques y montañas y tenía miles de ovejas. Pero el problema era que las ovejas le temían, porque cada día veían que una de ellas era matada para su desayuno y otra para su cena, así que acostumbraban a escaparse, y era difícil encontrarlas en un bosque tan vasto. Como era mago, usó su magia. Hipnotizó a todas las ovejas, y les habló... A una le dijo: «Tú eres un hombre, no tienes que tener miedo. Sólo las ovejas serán matadas y comidas, tú no. Tú eres un hombre, como yo». A otra le dijo: «Tú eres un león, preferirías morir antes que huir. Tú no eres parte de ellas, así que cuando las matan, no es tu problema. Son para ser matadas, pero tú eres mi amigo más querido en este bosque». De este modo, le contó a cada oveja una historia diferente, y a partir del segundo día dejaron de escaparse de la casa. Seguían viendo que otra oveja moría, que era sacrificada, pero eso no les preocupaba. Una era un león, otra era un tigre, otra era un hombre, otra era... Ninguna era una oveja, excepto la que era matada. De este modo, sin ayuda de guardianes, mantenía miles de ovejas. Iban al bosque a por comida, a por agua, y volvían a casa creyendo siempre que: es alguna oveja la que va a morir, no tú. Tú no perteneces a esa plebe. Tú eres un león, respetado, honrado; un amigo del gran mago. Los problemas del mago estaban resueltos. Te estoy contando esta historia porque es literalmente verdad acerca de ti. Te han contado cosas, que has aceptado sin ni siquiera mirar alrededor para ver si coincidían o no con la realidad. Lo primero... mi primera objeción a la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, es que los derechos existen únicamente cuando hay deberes. Los deberes son las raíces; los derechos, las flores: No puedes tener derechos sin deberes. Y celebrar un día al año por los Derechos Humanos... Sin embargo, no se celebra un día por los Deberes Humanos, que es lo primero.
¿Por qué no hablan sobre los deberes? Porque no quieren darte tus derechos humanos. Sin deberes, tan sólo puedes hablar de derechos, pero no los tendrás en tus manos. Y los políticos que han hecho esta declaración no tienen la menor noción sobre deberes. Te daré algunos ejemplos. Ellos dicen que todos los seres humanos son iguales. Y, por supuesto, esto satisface el ego de cada ser humano; nadie pone objeciones. Es una de las mentiras más peligrosas que se le han contado al hombre. Y yo te digo, la igualdad es un mito. No hay ni siquiera dos seres humanos iguales, de ningún modo, en ninguna dimensión. No digo que sean desiguales; digo que son únicos, incomparables, así que la cuestión de igualdad o desigualdad no aparece.
Cada ser humano es una categoría en sí mismo. Y a menos que reconozcamos el «ser único» de cada individuo, no habrá derechos humanos, ni habrá un mundo civilizado, humano, amoroso, gozoso. En la Declaración, una y otra vez enfatizan el hecho de que debes amar a todos los seres humanos; sois todos hermanos. ¿Pero has visto alguna vez hermanos que se amen? ¿Hermanos que sean amigos? Nadie pelea como pelean los hermanos. Y el hecho de decir: «Sois todos hermanos», no lo convierte en realidad. La gente que proclama estos Derechos Humanos, ¿qué autoridad tiene? ¿Quiénes son? Políticos... Ellos son la causa de todas las guerras, ellos son la causa de toda clase de violencias que suceden en el mundo. Son los que mantuvieron a casi la mitad de la Humanidad -la mujer- en estado de esclavitud. Pero leyendo la Declaración, realmente disfruté mucho... Porque no habla de hermanas, sino sólo de hermanos; las hermanas no cuentan, a pesar de ser la mitad de la Humanidad. Ni siquiera son mencionadas.
Estos políticos se expresan muy bien, son inteligentes, astutos... casi todos provienen de profesiones liberales. Dicen que no debería haber discriminación entre el hombre y la mujer, entre negros y blancos, entre razas, religiones, ideologías políticas. ¿Y quién crea esta discriminación? La misma gente que hace la Declaración. Esclavizaron a la mujer durante siglos, y todavía no están dispuestos a darle su libertad, que, según su propia declaración, es un derecho humano básico. Los negros son tratados como animales. Hasta fines del siglo veinte, eran vendidos, subastados en los mercados como mercancías. Y aún hoy, no son respetados como lo son los blancos. Y son los blancos -todos estos políticos son blancos- quienes han llevado a la Humanidad al estado de esclavitud durante trescientos años. Todos tenían sus imperios. Inglaterra poseía el mayor; se decía que el sol nunca se ponía en ese Imperio. En algún lugar del Imperio el sol siempre brillaba y siempre era de día. Pero otros blancos no se quedaban atrás: franceses, portugueses, españoles, tenían grandes imperios, explotando toda la Tierra. Han sido los parásitos. Y es gracioso que todos estos parásitos estén ahora proclamando los derechos humanos. Pero yo sé que todos estos derechos sólo son hipocresía.
Los políticos y los religiosos son muy, muy astutos. No quieren controversia; sólo dicen cosas que te gustan y que les vayan a gustar a todos. No se preocupan por la situación actual y los cambios que necesita. Su único esfuerzo es tratar de hacerte feliz mediante falsas palabras. En ninguna parte del mundo se aplica ninguno de los derechos básicos.
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