Mientras que los Arcángeles reinan sobre toda la humanidad, los Ángeles Guardianes se unen a las personas. La relación entre humanos y ángeles es, por naturaleza, muy íntima.Los Angeles nos han demostrado que nosotros, los humanos, somos esa parte del Creador más adentrada en la densidad de la materia. Es el reconocimiento que los ángeles hacen del Creador dentro de nosotros lo que los motiva tan profundamente a ayudarnos en nuestra vida.
Son los Ángeles Guardianes quienes vigilan el crecimiento espiritual de los seres humanos a lo largo de sus vidas, y protegen y defienden sus almas.
Cada ángel puede haber estado con un alma concreta durante muchas vidas, ayudando a ese individuo a reunir las lecciones de cada vida hasta que, finalmente, sabe que es uno con Dios. Ese conocimiento se denomina iluminación.Nuestro Ángel Guardián bendice todo lo que hacemos para cuidar de nuestro bienestar espiritual. Siempre que te sientas solo, angustiado o enfermo invócalo y él te escuchará y ayudará.
Puedes invocarlo en casos de peligro o para que te de valor al afrontar compromisos importantes o al enfrentarte ante situaciones límite. Puedes llamarlo para alegrar y proteger a los niños. También para que te ayude a vencer cualquier sentimiento negativo, o para liberarte de viejas estructuras, para reformarlas, y para poner una energía nueva y transformadora en tu trabajo y en tus relaciones. También puedes invocarlo para que te enseñe y ayude a aceptar lo que no puedes cambiar, como la pérdida de un ser querido, etc.... La invocación a los Ángeles, es una forma de devolverle al universo todo lo que generosamente nos dá.
La invocación es una energía que generamos para atraer a los Ángeles. Tiene que surgir como una necesidad interior porque es una llamada que puede cambiar nuestra vida, nuestra visión, nuestras relaciones, modificar y mejorar nuestra personalidad.La invocación y su práctica hacen que la personalidad y el alma se fundan en una unidad combinada y concentrada.La invocación genera en nosotros una intensa sensación de realidad, de entusiasmo por la vida y produce también una energía radiante, magnética y dinámica.Una vez que logramos sentir la presencia de nuestro Ángel, debemos aferrarnos a ese "sentimiento", y en los momentos difíciles, recordarlo, sentir que no estamos solos. Que cada situación complicada, por la cual la vida nos pone a prueba, la atravezamos acompañados por esa "chispita de Dios", que es nuestro Ángel Guardián personal. La invocación se realiza a través de la visualización, que es un verdadero acto mágico en la vida del ser humano, porque es posible "crear mágicamente" utilizando nuestros poderes divinos con la asitencia de los Ángeles.
El contacto con nuestro Ángel de la Guarda, tanto sea en forma visible como en sentir su presencia, requiere de una o varias sesiones invocatorias.Él nos hablará a través de nuestra voz interior, guiando nuestros pasos, corrigiendo nuestras actitudes, sentimientos adversos, hasta lograr el equilibrio físico, mental y espiritual, necesarios para hacer posible su aparición.La repetición y el seguimiento de la llamada permanente y diaria crea la voluntad continua de concentrarnos conscientemente en nuestra evolución. GRACIAS VALE POR TAN BELLA IMAGEN... (RO)
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